Adoración que transforma ambientes

viernes, 17 de agosto de 2007

SIGUE EL CAMINO

Así es la vida cuando llegas al reino de Dios o cuando el reino de Dios llega a tu vida, eres cambiado de vagón…desde las tinieblas a la luz admirable, es por pura gracia, es gratuito, yo no pagué nada, ni ninguno de nosotros los seres humanos pagó nada, Él pagó el precio…su sangre en la cruz fue el precio y ninguno de nosotros podía pagarlo. Sólo la sangre del Rey de reyes y Señor de señores fue el único y eterno precio.
Y cuando ya llega un poco de luz…de su Luz, es inevitable…poco a poco comienza la transformación, a algunos más ligero que a otros, pero la transformación viene, llega.
No se que cara llevaré en el metro pero en casi 2 semanas he recorrido gran parte de Santiago en este medio de transporte. El transantiago no es tan terrible como lo cuentan, hay algunos tacos pero tiene algo bastante bueno: un día tomé 2 metros y 2 transantiago en 90 minutos y pagué solo una locomoción…eso es economía, solo es cuestión de tiempo y buena disposición a los cambios, pero aunque apretada y todo…prefiero el metro.
Lo cierto es que ayer alguien osó en preguntarme una dirección…y yo saqué mi mini mapa del metro, como era casi en el mismo sentido en que yo iba y en el espíritu de ayuda inherente a los hijos de Dios, entonces le dije a la Sra…. “bájese conmigo y sígame, en cierta dirección tiene que hacer combinación y yo sigo más allá…pero sígame.
Una de mis metas en este gran Santiago es subir y bajar escaleras (estilos de vida saludable) pero ahí la señora se me fue por otro camino porque al mirar la gran montaña de escaleras, prefirió subir por la escalera mecánica. Lo chistoso es que al subir nuevamente al metro me di cuenta que la sra. no tenía que bajarse conmigo sino seguir directo pues ese tren llegaba directo a donde ella iba, bien…la sra. iba a llegar pero con una combinación de más…Pude comprender entonces que si no conoces bien el camino…no puedes guiar a otros certeramente a su destino…es necesario el entrenamiento previo para conocer el Camino…y en eso estamos.
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos. Salmos 32:8

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