Adoración que transforma ambientes

lunes, 1 de noviembre de 2010

ESPERA EN DIOS... TODO TIENE SU TIEMPO.


Eclesiastés 4:12. Si uno está solo, lo pueden atacar; pero acompañado, podrá resistir, y si el hilo es triple, no se cortará fácilmente.
Hace unas semanas atrás, en medio de la adoración al más al más alto nombre dado a los hombres, en medio de una celebración de santos del Dios Vivo, tuve una visión que cada día se hace más intensa en mi corazón.
Comencé a ver como dos cordones de oro, hermosos, no era un oro terrenal, era precioso, estaban entrelazándose en un movimiento suave y dulce, a su alrededor un tercer cordón distinto en su diseño a los otros dos cordones, pero el el oro en esencia era el mismo, este tercer cordón rodeaba al enlace de los otros dos cordones formando una cubierta que los protegía y resguardaba al enlace primero.
Ciertamente creo que tuve una visión de lo que está siendo preparado en el ámbito celestial para ser manifestado, en el kronos desde el Kairos.
Y meditaba en como Dios se toma sus tiempos en dar forma a su "perfecta obra"y en como el humano acelera estos tiempos, a veces para bien, como el caso de la mujer sirofenicia que recibió sanidad para su hija en un tiempo que el cielo estaba manifestando favor solo al pueblo judío, también puede acelerarlo fuera del plan de Dios como lo es conducirse por la emoción e iniciar un noviazgo antes del tiempo de Dios, fuera del gobierno de tus emociones y pensamientos, preso de placer por placer, en medio de una sociedad que aprueba conductas que Dios aborrece, surge el clamor y la inmensa necesidad de dejar que el Espíritu de Dios conduzca este nuevo camino, nos lleve a soltar todo patrón de conducta aprendido del mundo y nos muestre un camino mucho más excelente, un camino santo que tiene el sello de Dios, de su hermosura, de su verdad, de su paz.
A ratos la impaciencia nos hace perder la paz, pero aunque no veamos nada a simple vista, Dios está haciendo algo glorioso por causa de tu obediencia, esperar es dejar que el fruto sea el correcto, así como un bebé requiere 9 meses para formarse y nacer, así Dios preparara todas las cosas, en sus caminos perfectos.
Sebastián...Catherine era la mujer de su vida, era todo lo que él podía esperar de una esposa, dulce, bella. Catherine, a sus ojos, él no era lo que esperaba, habían diferencias que humanamente harían un tanto dificultosa la relación. Él sabía del amor que ella guardaba para con el Señor, él decidió "sabiamente"buscar a Dios en adoración, darle el primer lugar al Señor y él con su amor la conquistaría, el amor de Dios podría lograr lo que el hombre no. Dios sacó las vendas de los ojos de Cathy y comenzó a ver como Dios creó cosas nuevas en Sebastián, todo lo que ella esperaba de un esposo, Dios dejó verlo en Sebastián, formado para ella, dispuesto para ellos.
Cuando miramos una naranja, vemos su color, su textura, lo hermosa y atractiva que es, ciertamente al abrirla solo vemos las pepitas, las semillas y podemos contarlas, pero más profundamente aún, cada una de esas semillas posee muchas naranjas por nacer que al ojo humano no son visibles.
Así es la obra de Dios, tiene su tiempo, aunque no vemos el cambio o la virtud a simple vista, en el secreto él está obrando y su obra es perfecta y eterna, se perpetúa de generación en generación.
Fijo mis ojos en lo eterno, me mantengo como viendo al invisible, porque el llamado tiene un propósito y aunque tardare la visión, espero en Jehová, quien aquieta las aguas, solo con su voz, quien formó los ríos y las montañas, solo con su voz, quien con sus dedos formó al bebé en el vientre materno, solo por su voz, cielo y tierra se alinean al cumplimiento de sus promesas.

Isaías 43:19 He aquí, Yo hago algo nuevo, Ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino en el desierto, ríos en la soledad.