“La herramienta mas efectiva que utiliza el enemigo en nuestras vidas es distraernos. El no puede planificar tu destrucción pero si tus distracciones.”
En nuestras iglesias muchas veces le damos mas poder al enemigo que el que realmente el posee. En ninguna parte en la palabra de Dios se establece que el enemigo tiene poder para destruir nuestras destinos ni mucho menos nuestras vida. Mas aun tenemos que entender que el campo de batalla se encuentra en nuestra mente.
Nuestra mente es una de las herramientas mas poderosas que tenemos para manifestar el poder del Espíritu. Es ahí donde nuestros pensamientos tienen que aceptar o rechazar todas aquellas ideas que ponen confusión en nuestras vidas. Estos pensamientos se convierten en la peor distracción que podemos experimentar y que sin darnos cuenta nos puede llevar a no alcanzar el destino de Dios para nuestras vidas.
“21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: !!Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.”
Mateo 16:21-23
El mismo Jesús tuvo que batallar con las ideas que otros trataban de depositar en su mente. Jesús tuvo que escoger entre sus pensamientos, los pensamientos de lo de los demás y los pensamientos de Dios. Lo único que el enemigo podría tratar de hacer para detener el plan de Dios era traer las distracciones apropiadas para que nuestro Señor no alcanzara el propósito de Dios para su vida.
Los problemas que llegan a nuestra mente no son el problema son los que le prestamos atención y retenemos en la misma. Si analizas en tu vida han sido las distracciones las que te han llevado en muchas ocasiones a lugares donde no deseabas estar. Nuestra capacidad de escoger por los pensamientos de Dios es lo que nos permitirá alcanzar lo prometido por Dios.
Pastor Otoniel Font
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