Adoración que transforma ambientes

viernes, 30 de noviembre de 2007

EL ROBLE

Por estos días, entre enseñanzas y enseñanzas, entre trato y limpieza de parte del Señor, he estado leyendo un libro que ha sido una tremenda bendición y de gran edificación para mi vida. Se llama "El Viaje Comienza" del autor Rich Joyner que ya he citado otras veces.

Este libro trata de aquella etapa de nuestra vida cristiana que ocurre después de nuestra conversión al Señor y de esos tiempos de prueba y de desierto donde se define nuestro compromiso con el Señor, donde son purificadas profundamente las intensiones de nuestro corazón.

Cada prueba que soportamos es con un propósito: promoción: somos capacitados para mayor autoridad espiritual, lo cual de paso nos califica para mayores pruebas.

Y es que cuando hablamos de desierto...nadie quiere pagar el precio así no más, pero es necesario pasarlo, se los recomiendo y les cito algo que ha quedado muy sellado en mi corazón...

Un roble sano y frondoso tendrá un sistema de raíces por lo menos tan extenso según lo son sus ramas en la superficie. A manera de un árbol así, nunca extenderemos nuestras ramas (nuestros alcances) más allá de los límites de nuestro sistema de raíces. Si lo hacemos al contrario de ese roble, habrá el riesgo de caer durante una tormenta o un viento fuerte.

El roble tiene otra característica que es de importancia para el creyente. De hecho en las sequías se vuelve más fuerte. En el curso de un día normal de verano, este árbol maduro liberará algo así como cuarenta galones de agua a la atmósfera gracias al proceso que se llama “transpiración”. En las épocas secas, detiene esta liberación de agua y la canaliza de regreso a las raíces de modo tal que éstas puedan hundirse cada vez más hasta hallar las aguas profundas. Por lo tanto nos conviene dejar de quejarnos de los tiempos duros o secos, pues obran para nuestro bien.

Es cierto que nos encontramos en un viaje, pero eso no significa que debemos continuar en círculo, sin objeto en el desierto. Debemos ir a través del desierto hasta entrar en la Tierra Prometida, pero no debemos desear permanecer en ese desierto más del tiempo que nos corresponda. Necesitamos mantener, sin desmayar, el objetivo de nuestra visión y el curso de nuestro viaje dirigido siempre hacia nuestro destino.

Debemos aprender a regocijarnos cuando nos vemos encerrados, sin salida, y cuando parece que no hay escape. En el momento preciso, según el tiempo de Dios, se abrirá la puerta que lleva a la Tierra Prometida.

Conocer los caminos de Dios conduce a su reposo. Una característica que diferencia a los líderes espirituales verdaderos de los que pretenden serlo, reside en que aquellos verdaderos tienen la sabiduría para no continuar, a menos que Dios esté presente con ellos.

Cuando intentamos un trabajo espiritual sin entrar en el descanso de Dios, es como conducir un carro que está atascado en la arena. Jeremías 50:6.

Estudien para mostrarse así mismos aprobados ante Dios, no ante los hombres. 2ª Timoteo 2:15

Según el grado en que estemos sujetos al temor de los hombres, destruimos nuestra capacidad para recibir la verdad. El grado en el cual busquemos la aprobación humana o reaccionemos a la desaprobación de los hombres, estará directamente relacionado con el grado en que podemos percibir la verdad.

Cuando estudiamos la Biblia por cualquier razón diferente de conocer y obedecer a Dios, abrimos la puerta a una sutil pero profunda distorsión de la verdad.

No seremos juzgados por cuanta verdad conocimos sino por cuan fiel fuimos a la verdad que conocimos, un interés primario del Padre será ver cuanto de la imagen de su Hijo hayamos dado a conocer.

La capacidad de recibir corrección es esencial para caminar en la Verdad.

“Sus consejos son luz que alumbra los rincones oscuros de tu mente, te advierten del peligro y te brindan buena vida” (Prov. 6:23)

Todo tiene su tiempo.

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