Juan 6:38 "Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió"
Jesús estaba enfocado en hacer una sola cosa y esa era la voluntad de Padre.
Todos sentimos en nuestras vidas la presión de lo que creemos que debemos hacer, lo que otros opinan que debemos hacer y lo que Dios quiere que hagamos. Estas tres opciones siempre están presente en nuestra vida. En muy pocas ocasiones las tres nos llevarán a la misma conclusión. La mayoría de las veces lo que creemos que debemos hacer, lo que otros piensan que debemos hacer y lo que Dios quiere que hagamos va a apuntar en direcciones diferentes.
Es necesario siempre procurar que la prioridad en nuestra vida sea lo que Dios quiere para nosotros. Muy por encima de los deseos de los que están a nuestro alrededor y nuestros propios deseos. Una vez identificamos el deseo de Dios para nuestra vida debemos vivir enfocados en eso.
El enfocarnos tiene tres efectos principales en nuestra vida:
Primero, despierta pasión, no tan solo por el destino sino también por las cosas que tenemos que hacer para alcanzarlo. El exceso de opciones no permite que nos enfoquemos y mucho menos da lugar a apasionarnos. La pasión nos da ánimo, nos motiva a seguir adelante, produce fuerza en nuestra vida. Para alcanzar el plan de Dios en nuestra vida necesitamos pasión por el propósito de Dios. Dios quiere bendecir tu famila, que vivas en salud, que seas prosperado y ese debe ser siempre tu enfoque.
Segundo, se levanta una atmosfera de creatividad. El enfoque nos permite pensar en opciones, alternativas y panoramas diferentes. Muchas veces admiramos la creatividad de otras personas sin darnos cuenta que esa creatividad es producto de enfoque. Es como si los cinco sentidos estuvieran en un estado de recepción para producir ideas diferentes que aceleren el alcance de eso que nos apasiona, y en lo que estamos enfocado. El potencial creativo se diluye cuando tiene que pensar en múltiples metas o destinos y se concentra cuando estamos enfocados. El potencial creativo también se detiene cuando el enfoque se mueve a las cosas que no son de Dios.
Tercero, reconoce prioridades. Una persona enfocada tiene la capacidad de saber escoger las cosas que son importantes para cada momento, principalmente en su orden de importancia. La capacidad de enfocarte te ayuda a eliminar actividades, tareas y personas que consumen tiempo de lo que Dios te ha enviado hacer. Además, el enfoque produce capacidad de medir y juzgar cada paso, acción o decisión que damos o tomamos en pos de nuestra meta.
Pastores Otoniel & Omayra Font
Iglesia Fuente de Agua Viva
Carolina, Puerto Rico
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