Adoración que transforma ambientes

sábado, 13 de septiembre de 2008

ADORACION EN EL TRONO DE DIOS


En medio de una ciudad que corre aceleradamente, luchando por acortar los tiempos de traslados de un lugar a otro, en medio de las labores diarias que desvían  tus ojos hacia las cosas terrenales, en la búsqueda de soluciones a las diarias dificultades que resolver, anhelaba escuchar la voz del Señor…Él  dijo que no nos afanáramos, que no nos invadiera la ansiedad por lo que habríamos de comer, beber  y  vestir (Mateo 6:25).

Afanarse es ponerse ansioso, te paraliza,  te esteriliza, te hace pensar y pensar y re pensar en las formas de solución que finalmente no resuelven nada…sigues igual que al principio, no te deja dar frutos, no ves la sabia manera de cómo hacer las cosas con óptimos y eficientes resultados.

La tristeza y el cansancio no te dejan oír la voz del Señor,  no te dejan oír su voz que te dice… “yo tengo cuidado de cada detalle en tu vida”, incluso él  sabe de nuestras necesidades  antes de que las pidamos (Mateo 6:32) y siempre nos da mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos…

En medio del ruido, encontrar un tiempo de silencio es una misión casi imposible, buscar la paz y encontrarla se hace el tesoro más preciado…encontrar un  lugar de reposo, lo anhelaba con todo mí ser…ese lugar  donde descansar y  tomar nuevas fuerzas para luego avanzar…

Sabía que nada llenaría esa área de mi ser…ni el trabajo, ni el dinero, ni el reconocimiento profesional,  ni la familia, ni los amigos, ni la comida, ni aún lo ministerial, nada…sólo él…el Amado, el Deseado de todas las naciones…Él…el que me amó y me limpió de mis pecados con su sangre y me hizo rey  y sacerdote para  Dios, su Padre, mi Padre…

Quien conoce al Señor sabe que dejar de hacer lo que sea por estar un instante en su presencia  es algo que rompe todos tus limitados pensamientos para resolver cualquier cosa en tu vida, lo que te ha costado días, meses y hasta años en resolver, puede ser hecho en un día, sólo por un instante de su Gloria.

Me preguntaba. ¿Cómo será estar día y noche adorando al Señor? Adorarlo sin parar ni un instante de proclamar las  virtudes de nuestro Dios y Padre, sin parar de celebrar su soberanía, su  poder, sus maravillosas obras, sin dejar de contemplar y admirar su hermosura, su Santidad…Él es Digno. Hemos sido llamados a adorarlo…pero, quería saber como lo hacen en el cielo, en el Trono de Dios.

 Hay alguien muy amado  en nuestras  vidas que vino para ayudarnos en todas las cosas…su Santo Espíritu trajo  a mi espíritu una visión…

Al instante estaba yo en el Espíritu, y vi un trono colocado en el cielo, y a Uno sentado en el trono.  El que estaba sentado era de aspecto semejante a una piedra de jaspe y sardio, y alrededor del trono había un arco iris, de aspecto semejante a la esmeralda.  Y alrededor del trono había veinticuatro tronos. Y sentados en los tronos, veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en la cabeza.  Del trono salían relámpagos, voces, y truenos. Delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios.  Delante del trono había como un mar transparente semejante al cristal; y en medio del trono y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volando.  Los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con seis alas, estaban llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir: "SANTO, SANTO, SANTO, es EL SEÑOR DIOS, EL TODOPODEROSO, el que era, el que es y el que ha de venir."  Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor, y acción de gracias a Aquél que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante de Aquél que está sentado en el trono, y adoran a Aquél que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: "Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas." Apocalipsis 4:2-11

Continuará…

1 comentario:

Unknown dijo...

Ingrid:

Hermoso, glorioso y eterno lo que el Santo Espíritu revela a tu vida, no te demores en el continuará....

Bemdiciones.Mirta