Éxodo 19.5, 6
Éste es un punto único en la historia. Dios se está revelando de una manera en que no hemos visto por generaciones.
Dios no nos sugiere ser santos, sino que nos ordena ser santos. ¿Habrá una nación en la Tierra que sea santa? Si miramos al pueblo de Dios, ¿podemos decir que en verdad somos santos?
¿Por qué crees que me llamo Espíritu Santo? ¿Por qué no el Espíritu Maravilloso? Porque cuando lleno a mi gente de mí mismo, la lleno de santidad, quiero que sea santa como yo soy santo.
En Josué 3.5, Dios le habló al líder Josué y le dijo santifícate y santifica al pueblo, porque mañana haré milagros.
En Occidente estamos al máximo de nuestra civilización, o seguimos creciendo o bajamos, bajamos, bajamos.
Es posible asistir a una universidad cristiana hoy y que no te enseñen cómo santificarte. Es posible pasar toda una vida en la iglesia y nunca escuchar acerca del pecado desde el púlpito.
Dios me dijo: “Hoy la temporada del Reino ha comenzado”, y aún no entiendo por completo lo que significa. Lo que sí sé es que la guerra entre los dos reinos es más recia de lo que ha sido en toda mi vida. Pero si no nos santificamos, no podremos derrotar las Tinieblas en esta década.
El juicio debe comenzar por la casa de Dios. Antes de que Dios juzgue a una nación, primero juzga a la iglesia. En este sacudimiento económico Dios quiere que nos santifiquemos.
Estamos llegando a los días de Ananías y Zafira. No puedes pensar que vas a jugar con las cosas de Dios y que no serás juzgado.
Dios quiere que la Iglesia en Latinoamérica se levante en gran unción, pero no te llevará si no eres santo. Y el Señor dice que derramará un movimiento de santidad en la Iglesia, levantare líderes rectos que aman la justicia, que no son corruptos, que no venden su alma, porque vengo como una manifestación de quién soy y eso es santidad. El fuego de Dios vendrá sobre la Iglesia. No quiero 95% de santidad, quiero el 100% de ustedes.
Dios quiere cambiar la reputación de América Latina, quiere quitar la corrupción, quiere que sean naciones santas, pero tienes que ser santo. Sin santidad no veremos a Dios.
El último enero, Dios comenzó a hablarme de la economía de los Estados Unidos. Dijo: “la voy a sacudir, quiero que prepares un grupo de intercesores y los envíes el 29 de octubre a Wall Street, porque ese fue el día en que la bolsa cayó en 1929. El hombre fuerte no está en Washington sino en Wall Street. El Señor nos mostró que el fundamento del sistema financiero era corrupción y avaricia. Dios quiere levantar sistemas bancarios santos en las naciones, el sistema babilónico está cayendo. Estoy juzgando a los dioses de Egipto y juzgando a Mamón. Sabes que hay otros sistemas ideológicos como el Islam que tienen sistemas bancarios.
¿Sabes cuánto hay en nuestro sistema bancario cristiano? ¡Nada! Dios nos ordenó que fuéramos fructíferos y que gobernáramos y tuviéramos dominio sobre la Tierra. ¿Qué pasó?
Los israelitas salieron de Egipto después de 400 años de esclavitud, no tenían gobierno, no tenían leyes, no sabían cómo vivir, pero Dios les dijo que si obedecían la palabra de este libro de instrucciones de todo el Universo serían una nación. Él nos creó para que fuéramos mayordomos de la Creación y nos enseñó cómo hacerlo.
Usted sabe que la Biblia es el mejor libro en economía sobre la Tierra.
Dios nos creó para que cuidáramos al mundo, y si no hacemos nuestro trabajo el mundo se deteriora. Dios nos dio el fruto del Espíritu Santo para que seamos fructíferos. Sin la santidad, sin el carácter de Dios no podremos cumplir el propósito principal por el que fuimos creados. ¿Podemos erradicar la pobreza de nuestros países?
Mateo 22.37
No sabemos pensar como Dios, no sabemos cómo levantar estructuras económicas, no sabemos cómo tener sistemas judiciales justos. ¿Sabías qué significa participar en pornografía? Es egoísmo, si supieras que tu pecado destruirá a tu familia, y si realmente te importara que tu pecado destruirá a tus hijos y a los hijos de tus hijos, ¿lo harías de todos modos? El pecado es engaño, pero en el fondo es egoísmo.
Isaías dijo: Soy un hombre de labios sucios y vivo en un pueblo que no es limpio. Necesitamos una reforma de santidad.
Si sabes que no estás caminando en santidad, quiero santificarte.
Juan 17
No podemos tener unidad porque no hay santidad.
Hay una razón por la cual los cuatro seres vivientes dicen santo, santo, santo.
Cindy Jacobs llamó al arrepentimiento y oró por todos los líderes de jóvenes porque Dios dice que levantará una generación santa, que defienda y busque la santidad.
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