Adoración que transforma ambientes

jueves, 25 de septiembre de 2008

NUEVAS VESTIDURAS

Quienes hemos conocido al Señor más de alguna vez nos hemos preguntado ¿por qué la gente no ve el reino o no quiere estar en el reino del Señor o no comprende que  es lo más maravilloso que en la vida de un ser humano  pueda ocurrir?...un día estuvimos en el otro lado  de la existencia, en una realidad donde éramos ciegos, sordos, mudos  y  cautivos…un día el Ser más Santo del universo escuchó nuestro clamor y vino a buscarnos…Vino para llevarnos  a los lugares celestiales, a lugares de reposo, a lugares de libertad…vino para a darnos el acceso al lugar Santísimo…

Entrar a ese lugar para deleitarte en la presencia de tu Creador y el Creador de todas las cosas (de Él es la tierra y su plenitud y de quién a él le ha placido dar su reino (Lucas 22:19; Lucas 12:32), es el privilegio más sublime y anhelo más elevado de quien un día fue llamado  al reino de Dios, Él vino para darnos el acceso al corazón del Padre. Un día hicimos la decisión de servir a nuestro Señor Jesucristo y todo empezó a ser transformado…nuestras ropas fueron cambiadas, nuestros pensamientos  fueron mudados, nuestros ojos fueron abiertos, nuestra adoración fue cambiada, ya no más en pos de dioses ajenos, entre ellos nuestros propios sentimientos, nuestros propios caminos, nuestros afanes por satisfacer nuestra alma, alma a la cual le gusta hacer y hacer, en contraposición con nuestro ser (tema para otro post).

 Más de alguna vez  lamenté no haber conocido al Señor antes, su Espíritu me mostró como en múltiples oportunidades  Él preparó instancias para atraerme hacia su bendito Reino pero por ciega no lo vi, por sorda no lo oí…hasta que llegó el momento…no fue en las mejores circunstancias…Dios es Bueno…Bendigo el nombre del Señor, bendigo  el servicio del pueblo de Dios; ver con los ojos de nuestro Padre te lleva a estar atenta y a oír su corazón y participar en la obra de Dios hasta ver el fruto de ese clamor…vidas transformadas…Gloria a Dios.

Un día comprendemos que uno de los atributos eternos del Señor nos fue manifestado…la esencia del Intercesor eterno por excelencia, interceder  ante el Soberano Dios del Universo empieza a cobrar sentido, la vida empieza a cambiar y tus alrededores también, ya no es orar por orar, ahora empiezas a clamar desde lo profundo, su Espíritu gesta en ti ese clamor, ahora clamas hasta ver los cielos abiertos y la Gloria de Dios en la tierra de los vivientes, junto con su Gloria…su perfecta voluntad… ¿Qué nos da ese derecho?...el Nuevo Pacto, la sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo. Aleluya.

Un día…el que fue tomado de las tinieblas, y otros del infierno mismo, por la gracia del Señor Jesucristo, fuimos   llamados, limpiados y constituidos reyes  y sacerdotes, para ocupar un lugar en el reino de Dios, para manifestar los atributos del Señor en esta tierra de los vivientes, para reflejar el cielo aquí en la tierra, para manifestar su gloria, es más, para llenar la tierra de su Gloria.

Zacarías 3:1-7. Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda,  oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel.  Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.  Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie.  Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar.

Por más inmundas que sean tus vestiduras…si miras a lo Alto, serás transformado por su gloria, serás vestido de vestiduras de gala…Mira la cruz…ahí, en ese lugar… donde el diablo creyó que había vencido, ahí…en ese lugar fue, es y será manifestada la Soberanía del nombre de Jesucristo, en el cielo, en la tierra y aún debajo de la tierra por siempre y siempre.

Continuará…

sábado, 13 de septiembre de 2008

ADORACION EN EL TRONO DE DIOS


En medio de una ciudad que corre aceleradamente, luchando por acortar los tiempos de traslados de un lugar a otro, en medio de las labores diarias que desvían  tus ojos hacia las cosas terrenales, en la búsqueda de soluciones a las diarias dificultades que resolver, anhelaba escuchar la voz del Señor…Él  dijo que no nos afanáramos, que no nos invadiera la ansiedad por lo que habríamos de comer, beber  y  vestir (Mateo 6:25).

Afanarse es ponerse ansioso, te paraliza,  te esteriliza, te hace pensar y pensar y re pensar en las formas de solución que finalmente no resuelven nada…sigues igual que al principio, no te deja dar frutos, no ves la sabia manera de cómo hacer las cosas con óptimos y eficientes resultados.

La tristeza y el cansancio no te dejan oír la voz del Señor,  no te dejan oír su voz que te dice… “yo tengo cuidado de cada detalle en tu vida”, incluso él  sabe de nuestras necesidades  antes de que las pidamos (Mateo 6:32) y siempre nos da mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos…

En medio del ruido, encontrar un tiempo de silencio es una misión casi imposible, buscar la paz y encontrarla se hace el tesoro más preciado…encontrar un  lugar de reposo, lo anhelaba con todo mí ser…ese lugar  donde descansar y  tomar nuevas fuerzas para luego avanzar…

Sabía que nada llenaría esa área de mi ser…ni el trabajo, ni el dinero, ni el reconocimiento profesional,  ni la familia, ni los amigos, ni la comida, ni aún lo ministerial, nada…sólo él…el Amado, el Deseado de todas las naciones…Él…el que me amó y me limpió de mis pecados con su sangre y me hizo rey  y sacerdote para  Dios, su Padre, mi Padre…

Quien conoce al Señor sabe que dejar de hacer lo que sea por estar un instante en su presencia  es algo que rompe todos tus limitados pensamientos para resolver cualquier cosa en tu vida, lo que te ha costado días, meses y hasta años en resolver, puede ser hecho en un día, sólo por un instante de su Gloria.

Me preguntaba. ¿Cómo será estar día y noche adorando al Señor? Adorarlo sin parar ni un instante de proclamar las  virtudes de nuestro Dios y Padre, sin parar de celebrar su soberanía, su  poder, sus maravillosas obras, sin dejar de contemplar y admirar su hermosura, su Santidad…Él es Digno. Hemos sido llamados a adorarlo…pero, quería saber como lo hacen en el cielo, en el Trono de Dios.

 Hay alguien muy amado  en nuestras  vidas que vino para ayudarnos en todas las cosas…su Santo Espíritu trajo  a mi espíritu una visión…

Al instante estaba yo en el Espíritu, y vi un trono colocado en el cielo, y a Uno sentado en el trono.  El que estaba sentado era de aspecto semejante a una piedra de jaspe y sardio, y alrededor del trono había un arco iris, de aspecto semejante a la esmeralda.  Y alrededor del trono había veinticuatro tronos. Y sentados en los tronos, veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en la cabeza.  Del trono salían relámpagos, voces, y truenos. Delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios.  Delante del trono había como un mar transparente semejante al cristal; y en medio del trono y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volando.  Los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con seis alas, estaban llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir: "SANTO, SANTO, SANTO, es EL SEÑOR DIOS, EL TODOPODEROSO, el que era, el que es y el que ha de venir."  Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor, y acción de gracias a Aquél que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante de Aquél que está sentado en el trono, y adoran a Aquél que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: "Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas." Apocalipsis 4:2-11

Continuará…