Ya desde el jueves que el Señor nos había metido en un tiempo bien especial, a quienes habíamos decidido dar un paso importante, e ir más allá de la simple conversión o como en mi caso, renovar mis votos con el Señor y decidir bautizarme de nuevo.
Ese jueves nos llamó a quebranto, a arrepentimiento…fue un momento sublime: Mauricio y Victoria nos ministraron en qué significa el Bautismo…
El pueblo de Israel fue libertado de Egipto, luego de una gran batalla entre reinos, Moisés fue guiado por Dios para sacar al pueblo de aquella tierra y comenzar el camino hacia la tierra prometida. El pueblo había ya salido de Egipto, pero continuaba con Egipto en su corazón, eso les perseguía. Pero el Señor de los ejércitos los libró, Moisés extendió su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase… Éxodo 14:21.
Fue revelador, muchos de nosotros vivimos persecución, duras batallas antes de llegar a este momento… ¡somos bienaventurados!, pero así como, luego que el pueblo de Dios atravesó el mar y llegaron a la otra orilla, y Moisés nuevamente tocó las aguas y el mar se juntó…destruyendo a los enemigos del pueblo de Israel…no quedó ni uno de ellos, así también ocurre con nosotros en el Bautismo: nuestro hombre viejo queda sumergido y sale el nuevo hombre, todo lo que nos perseguía del reino anterior...de tinieblas, queda atrás, se levanta entonces este nuevo hombre, creado según la justicia de Dios en Cristo Jesús.
Fue un Bautismo distinto, y creo que cada bautismo es distinto, Dios tiene un momento tan sublime creado especialmente para cada uno de nosotros y dice su palabra que él tiene reservado cosas bien especiales para quienes le aman (1ªCorintios 2:9).
6 horas de ministración, 37 bautizados…él hizo “cada cosa” con nosotros que veo las fotos y vivo el gozo de ese día y cada palabra a cada uno de mis hermanos y a mi vida, me hace agradecer y tener plena convicción de que nuestro Dios tiene pensamientos de bien y no de mal para con nosotros y anhela celosamente ver manifestado estos planes y sueños que tiene en su corazón con cada uno de nosotros y decir…”tú eres mi hijo amado…en ti tengo complacencia”…aleluya.
Dios bendice en fruto de nuestro vientre espiritual.
Agradecemos inmesamente al Señor por la vida de nuestros líderes, por cuanto han decidido morir cada día, por la vida de Cristo Jesús en ellos, por abrirnos brecha y permitirnos conocer esta nueva vida en el Espíritu. Les amamos y nos presentamos delante del Señor como escuderos, unidos por la amalgama perfecta, el amor de nuestro Dios y Padre, les rodeamos con brazos de amor...
Iglesia Cristo Plenitud de Vida, Peñaflor, 2 de Marzo del 2008
1 comentario:
Ingrid.
Bendiciones por el precioso bautismo,lindas las fotos y que cantidad de hermanos.
Mirta
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