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Oh Dios, tú eres mi Dios, yo te busco ardientemente;mi alma tiene sed de ti, por ti suspira mi carne como
tierra sedienta, reseca y sin agua.
Sí, yo te contemplé en el Santuario para ver tu poder y tu gloria.
Porque tu amor vale más que la vida, mis labios te alaban.
Así te bendeciré mientras viva y alzaré mis manos en tu Nombre.
Mi alma quedará saciada como con un manjar delicioso,
y mi boca te alabará con júbilo en los labios.
Mientras me acuerdo de ti en mi lecho y
en las horas de la noche medito en ti,
veo que has sido mi ayuda
y soy feliz a la sombra de tus alas.
Mi alma está unida a ti, tu mano me sostiene...
Salmos 63:1-8
Y la mujer del pozo, la que acudía a medio día a sacar agua, cuando nadie la viera, tuvo a esa hora, su encuentro con los ojos de la Fuente Eterna de Agua Viva, los cuales estaban atentos a su sed.
Ella pidió, él concedió...
Llena del agua eterna, todo su ser comenzó la adoración más sublime, en Espíritu y Verdad, aquella adoración que, aún cuando no sea oída por hombres, sus cánticos, que emanan de su corazón lleno, fresco, vivo, es escuchada en el Universo, son melodías que emiten luz y vida, aroma grato delante del Rey...
Por eso mi alma te anhela, mi alma tiene cada día más sed de ti...del Dios Vivo, mi alma te anhela Oh Jesús, Agua Viva.
Ella pidió, él concedió...
Llena del agua eterna, todo su ser comenzó la adoración más sublime, en Espíritu y Verdad, aquella adoración que, aún cuando no sea oída por hombres, sus cánticos, que emanan de su corazón lleno, fresco, vivo, es escuchada en el Universo, son melodías que emiten luz y vida, aroma grato delante del Rey...
Por eso mi alma te anhela, mi alma tiene cada día más sed de ti...del Dios Vivo, mi alma te anhela Oh Jesús, Agua Viva.
